miércoles, 3 de septiembre de 2008

Wendigo


Bienvenidos todos de nuevo alrededor de nuestra hoguera. Hoy os voy a hablar de una de las criaturas más terrorificas que puede haber sobre nuestro mundo... El Wendigo.

Si quereis encontrar rápidamente a un wendigo (cosa que no os recomiendo en absoluto), lo mejor es que viajeis a los bosques del norte de Estados Unidos, pues se dice que allí habita.

El primer wendigo nació siendo humano. Este niño creció siendo explorador de bosques, haciendo frecuentes excursiones con sus amigos. Sin embargo, un día, la desgracia se abatió sobre ellos. Un invierno, quedaron sitiados por una gran nevada en el bosque. Pasaban los días y no había nada que comer. Finalmente, con el estomago encogido despues de una semana sin haber probado bocado, nuestro aventurero tuvo que recurrir al canibalismo para poder sobrevivir. Sobrevivió. Desgraciadamente para él, los dioses no aprueban este tipo de acciones, asique descargaron su furia sobre el desdichado explorador, convirtiendolo en una aterradora criatura, condenado a vagar por los bosques durante la eternidad, pues nunca caería enfermo, ni envejecería.

Ahora el wendigo no tiene nada que ver con lo que fué. Ahora acecha a los incautos aventureros que pasan por su bosque. Cuando un viajero es tan desafortunado como para que esta criatura se fije en él, la señal de que está perdido es que escucha su nombre. Lo escucha en lo más hondo de su ser, provocandole un hondo temor, pues es como si fuese el mismo bosque el que lo pronunciase, las piedras, el correr del agua o los árboles. Una vez que oyes tu nombre, estás perdido. La desgraciada persona que lo escuche, echará a correr en pos de esta voz, a tal velocidad que sus pies sufriran enormemente. Tal es la velocidad y el sufrimiento, que los pies terminan destruidos, dañados para siempre, quemados por la fricción. Por el influjo del wendigo, estos pies serán sustituidos por otros similares a los de la criatura, en forma de garra, lo que otorgará al viajero perdido la capacidad de saltar y moverse tan asombrosamente como lo hace el wendigo. Se mueve a una velocidad y con unos saltos tan asombrosos (más de 6 metros) que muchas veces el aturdidio explorador piensa que son las estrellas las que están quemandole los pies.

Finalmente, después de una persecución tan aterradora, el aventurero puede acabar sus días convertido en un nuevo wendigo o bien morir a las pocas semanas, presa de terribles pesadillas y un sordo dolor en sus pies con forma de garras.

Guardáos del wendigo en vuestras excursiones por el bosque.